La política fiscal debe estar guiada por el criterio de que el dinero, donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos. Sostener el Estado de Bienestar no exige gastar más sino gastar mejor.

La voracidad recaudatoria de los gobiernos de izquierda desincentiva la inversión y el empleo. Esto, sumado a la proliferación de nuevas figuras tributarias, rompe con la unidad de mercado y la igualdad entre los ciudadanos.

Los presupuestos deben responder a criterios de estabilidad y de reducción del peso de la deuda. La regla de gasto se ha demostrado como un acierto para conseguir la solidez financiera del conjunto de Administraciones. Frente a la manirrota política de despilfarro, desde el Partido Popular nos comprometemos a cumplir la senda de déficit.

1. Elaboraremos una política de importantes incentivos fiscales dirigida a las empresas altamente innovadoras basadas en tecnología habilitadora de la Industria 4.0.
2. Reducción del IBI progresivamente hasta el mínimo legal.
3. Apostamos por el cambio de la fiscalidad para la adquisición de nuevos vehículos. Reformaremos el Impuesto de Circulación para los nuevos vehículos matriculados que se fijará en función de las emisiones y el consumo energético.
4. Los años que el ayuntamiento de Barcelona tenga superavit presupuestario y no tengamos deuda, se otorgarán bonificaciones en impuestos locales para el fomento de la actividad económica y la creación de empleo.
5. Especial atención a los grupos más vulnerables, incluyendo familias numerosas, familias que tengan hijos con discapacidad, familias dependientes, pensionistas, parados de larga duración, víctimas de violencia de género y desempleados mayores de 52 años.
6. Impulsaremos la colaboración público-privada en la provisión de servicios públicos como instrumentos complementarios y compatibles, marcando siempre como objetivo la calidad, eficiencia y transparencia en los servicios prestados en ámbitos como puede ser el energético.